Que Dios te siga amando, a pesar de lo que eres y de lo que haces, no depende de ti; depende exclusivamente de él. Su naturaleza es el amor; el día en que Dios dejase de amarte,
dejaría d ser Dios: DIOS ES AMOR.
Naturalmente, ese amor maravilloso no tiene
ningún valor para el que no lo acepta; Dios no puede entregar su amor por la fuerza.
Uno debe ir a su encuentro y dejar que Él sea él timón de nuestra vida. (1 Juan 4:8)
miércoles, 1 de octubre de 2014
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